17.10.08

De cosas antiguas que pululan por mi ordenador

Mi vecina sale a fumar con su bata de casa rosa a la terraza. Su marido va por la calle, una avenida cercana, con una carpeta bajo el brazo y una bolsa de supermercado en la mano. Al doblar la esquina, se esconde detrás de una columna, saca una botella de cerveza de litro que lleva en la bolsa y le da varios tragos. Mientras, mi vecina mira al gallo que los chicos del taller atan todos los días a un árbol. Esperan que crezca pronto, y mientras, el gallo canta y las mujeres que van a la compra le gritan ¡ole!, y ¡qué guapo eres! Un hombre, en un bar cerca, finge que se ahoga delante de la gente, con una navaja abierta apretada en su mano; si la gente le pregunta si se encuentra bien, el hombre cierra la navaja y contesta cortésmente que no del todo, que últimamente le cuesta mucho respirar. Si la gente lo ignora, él se vuelve loco y empieza a tirar los vasos de las mesas cercanas. La hija del mecánico tiene siete años y va al colegio de la avenida. Su compañera de pupitre llora porque se ha muerto su abuelo, mientras pintan mosaicos en clase de manualidades. La hija del mecánico llora con ella. Mientras, la profesora lee una frase que un hombre le escribió hace algunos meses en su agenda: “ nadie puede enseñarte la geografía de lo desconocido( aún por descubrir). Todo lo que puede hacerse es potenciar la voluntad de explorar..."

14.10.08

Lo siento, otra más, es que me he quedado totalmente fascinada...



Y hablando de todo un poco mañana es mi cumpleaños, blablablá... creo que mis pocos lectores ya lo saben.

"Santos que yo te pinte demonios se tienen que volver"

Córdoba, Museo de Bellas Artes.
(no recuerdo el nombre del pintor, pero su apellido sí, un tal del Águila)

10.10.08

Llego a casa algo borracha (de cerveza, y especifico porque sé que te haría mucha gracia) y me pongo a pensar en estupideces mientras me voy quedando dormida. Y de una cosa a otra, me acuerdo de todas las cuartillas que tengo escritas (de tu puño y letra, o del mío, transcribiendo tus palabras) y las releo. Lloro mucho y me río. "No es tan malo saber que todos moriremos, posiblemente envejezcamos, se nos quedará la piel como a la amiga mayor (la dueña del perro) de Algo pasa con Mary, y que las cosas que ahora nos hacen felices algún día nos harán llorar".

Nunca te he utilizado de excusa para estar mal. Pero a lo mejor he necesitado llorarte algún día y no me he atrevido a hacerlo. Y me da muchísima pena no poder mandarte ningún mensaje, no poder escribirte una carta a ningún sitio y no poder buscarte en ninguna parte, para decirte que esta noche me acuerdo de ti, y que a mi también me encantaría quedarme dormida en tu sofá viendo la tele después de haber comido una patata asada. "A veces nos impresionamos con algo, con una canción, y nos volvemos locos, queremos comunicarlo, queremos que los que nos rodean se impresionen de igual manera, es demasiado grande para uno solo".

Yo tampoco sé muy bien qué hacer con esto.